Pentación Espectáculos y Teatro Español (Madrid) presentan el espectáculo PONCIA, protagonizado por Lolita Flores y escrito y dirigido por Luis Luque, a partir de La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, el viernes 11 de octubre, a las 20.00 horas, en el Teatro Villa de Molina (en Avenida del Chorrico, nº 10). Localidades agotadas. Con esta representación arranca la programación de octubre a enero del Teatro Villa de Molina.
Dentro de una tormenta de niebla, Poncia, la criada de Bernarda Alba, reza por la muerte de Adela. La casa se ha sumido en un mar de silencio. Poncia habla sola y también con ellas, con Bernarda Alba y sus hijas.
Este texto está escrito a partir de las intervenciones del personaje de Poncia en la obra de Federico García Lorca. En un profundo análisis del personaje, el director rescata las intervenciones de Poncia y las convierte en reflexión, en soliloquios, en diálogos con fantasmas y sombras. De este modo se alumbra un nuevo mirar dentro de la casa. En la obra original asistimos a una sucesión de hechos que se desarrollan, aquí, en esta Poncia, no. Ella habla después del shock producido por el suicidio de Adela. Todo ocurre después de su muerte.
La lengua de Poncia se desata en un lugar prohibido para las palabras. Poncia ajusta cuentas con las habitantes que sobreviven dentro. Descubrimos la simpatía de Poncia por la más joven de la casa. La reivindica, Ha muerto una hembra valiente, dice, y se culpa a sí misma de no haber hecho más de lo que hizo para separar a los amantes clandestinos. “La Poncia siempre me ha sugestionado como ningún otro personaje de los que habitan en la casa de Bernarda Alba. Los personajes de las criadas encierran un enigma interesante. Son personajes que son testigos de los avatares de los protagonistas. Conocen la verdad del interior de las casas y poseen la filosofía oculta de las clases populares”, señala el director de la obra.
Escuchamos la voz de la criada para iluminar los rincones de la obra de Lorca. La Poncia habla de suicidio, de libertad, de culpa, de clase, de educación, de sexo y lo habla con toda la fuerza de la voz que ha sido maltratada y callada. El alma de la Poncia se abre para insistir en la necesidad de transferir a los demás la idea de amarnos en libertad.